Desigualdad y democracia
Actualizado: 7 ago 2021
La idea de que el voto de cada ciudadano tenga el mismo peso en el resultado de las elecciones como sucede en los sistemas electorales modernos es, pensándolo bien, una idea extremadamente radical. Es el momento en el que la voluntad de un miembro de la familia Torres Corzo vale lo mismo que el de un campesino sin tierra, cuando pesa lo mismo la voluntad de un antropólogo de El Colegio de San Luis que la de un miembro de una comunidad indígena; valen lo mismo los razonamientos de los admiradores de la trova que los razonamientos de los seguidores de los Indomables de Cedral o la cumbia colombiana; también pesa lo mismo el voto de un activista con largo tiempo en la política que el de un ciudadano que por una corazonada de último minuto decidió acudir a las urnas.
Cuando observamos la discusión de los resultados electorales nos enfrentamos a argumentaciones en las que se percibe cierta insatisfacción con la idea de que el voto de cada ciudadano tenga el mismo peso en el resultado electoral. Hay quienes afirman, por ejemplo, que las personas pueden ser fácilmente influenciables en sus preferencias políticas mediante pagos monetarios. Otros afirman que las personas que no acostumbran informarse pueden ser fácilmente víctimas de la propaganda engañosa. También hay quienes afirman que en realidad las elecciones no son un momento tan importante en la vida política, ya que las negociaciones posteriores de los grupos políticos o la presión ejercida por grupos económicamente poderosos puede imponerse a la voluntad expresada en las urnas por los electores; bajo esta perspectiva las elecciones serían solo una simulación para mantener la legitimidad de los intereses realmente gobernantes.
Todas estas argumentaciones señalan los riesgos y la realidad de que el sistema democrático actual es menos perfecto que el ideal, pero en otras ocasiones son usadas de forma exagerada solamente para mostrar insatisfacción con resultados que no corresponden a nuestras preferencias e intereses. En ocasiones se trata solo de argumentos que tratan de deslegitimar la capacidad de razonamiento de otros ciudadanos en momentos de alta polarización política.
En el pasado proceso electoral San Luis Potosí vivió uno de esos momentos de polarización en el que las preferencias de los votantes fueron diametralmente opuestas entre los diferentes estratos de la sociedad potosina, particularmente en la zona metropolitana de la capital del estado. Ahí los estratos de clase media alta apostaron en mayor medida por la continuidad en el gobierno del estado, y los estratos de menor ingreso por la opción del cambio. De hecho, en la zona metropolitana se decidió la elección a la gubernatura, ya que en el resto del estado el voto por las distintas opciones políticas estuvo menos diferenciado.
A esta polarización en las preferencias han seguido acusaciones mutuas en las redes sociales de manipulación del voto, de falta de conciencia política, y otras más cercanas al insulto. En lo que se ha reflexionado poco es en las causas profundas de esta polarización en preferencias. No estamos acostumbrados a reconocer que existe una amplia desigualdad entre distintas zonas de la ciudad, que en muchas zonas falta el agua un día y otro también, en otras no hay pavimentación o las calles están deshechas y otras carencias de servicios públicos profundas desde hace décadas, lo que configura una sociedad con alta segregación y exclusión social que hace un poco menos que imposible el diálogo respetuoso y empático. Ante esta circunstancia no es de sorprenderse que muchos votantes hayan elegido una opción de cambio cuando vieron que era posible. Si queremos que este tipo de polarización social no vuelva ocurrir habría que trabajar en la solución de esas causas profundas y no solo deslegitimar, aunque sea indirectamente, la idea radical de que la voluntad de cada individuo debe equivaler a un voto si verdaderamente nos interesa la democracia.
Entradas recientes
Ver todoDisponible en: https://www.elfinanciero.com.mx/monterrey/2024/07/04/jaime-lara-la-restauracion-de-la-migracion-mexicana/
Lo pueden encontrar aquí: https://www.elfinanciero.com.mx/monterrey/2024/04/11/jaime-lara-sobrecarga-de-horas-en-el-empleo/
Lo pueden encontrar en este vínculo: https://www.elfinanciero.com.mx/monterrey/2023/11/23/jaime-lara-los-limites-del-nearshoring/
Comentários