Desigualdad educativa

El acceso a la educación superior puede ser el medio más importante de movilidad social para los grupos en desventaja. Sin embargo, existen amplias disparidades en el acceso entre distintos grupos sociales. En San Luis Potosí, de acuerdo a la Encuesta Intercensal 2015, solamente el 32.4 por ciento de los jóvenes de 20 años, la edad típica de un estudiante universitario, asiste a la escuela. Las posibilidades de asistir a la universidad están diferenciadas de forma muy importante por la geografía; mientras que los jóvenes provenientes de la zona metropolitana de la capital y ciudades como Matehuala y Ciudad Valles tienen una oportunidad cercana al 40 por ciento de asistir a la universidad, los jóvenes provenientes de municipios pobres o con una población muy dispersa tienen una oportunidad menor al 20 por ciento. Para tener un contexto, cifras menores al 20 por ciento son similares a las de los países pobres de África. Los menores recursos familiares para promover la formación de los hijos en los municipios más pequeños es una de las causas de esta diferencia, pero la calidad y las políticas de acceso de la educación pública son también fundamentales.

La oferta educativa del nivel superior ha estado concentrada tradicionalmente en la capital del estado, con apenas esfuerzos en las décadas recientes para la creación de campus universitarios que amplíen el acceso en otros municipios. Otra de las causas relacionadas con la política educativa que explica las diferencias geográficas es la menor calidad en infraestructura y personal docente de los servicios educativos de nivel básico en los municipios más pequeños del estado. Esto, en conjunto con los menores recursos familiares, provoca que pocos estudiantes de zonas alejadas puedan aspirar a ser exitosos en los exámenes de admisión universitarios; y, en caso de aprobar, los bajos ingresos familiares pueden impedir costear una estancia en la capital del estado por lo que algunos estudiantes talentosos no intentan acceder a la universidad.

Aún para quienes escapan de las barreras que la geografía impone, el acceso a la universidad puede resultar difícil. En la zona metropolitana de la capital el acceso está muy diferenciado de acuerdo al nivel educativo del jefe del hogar de origen. Entre aquellos que provienen de hogares donde solamente se había alcanzado un nivel educativo de primaria, 1 de cada 4 accede a la universidad, mientras que entre quienes provienen de hogares donde se había alcanzado la universidad 3 de cada 4 puede llegar a ella.

Recientemente un incidente con indicios de discriminación en las clases a distancia entre el personal docente y un estudiante de la principal universidad del estado, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, provocó reacciones de indignación que llegaron hasta medios informativos nacionales; también existieron quejas de los estudiantes por los montos de las cuotas escolares en el contexto de las dificultades para la economía familiar provocadas por la crisis económica en curso. Es importante resolver adecuadamente esos incidentes, pero se necesita una reflexión más profunda acerca de la política educativa en general, de modo que el sistema educativo del estado contribuya a una sociedad con mayor igualdad de oportunidades; ese puede ser uno de los principales instrumentos para tener una mayor cohesión en una sociedad tan desigual y fragmentada como la potosina.